En qué consiste el Herpes Zóster

El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una infección viral causada por el virus de la varicela-zóster, que es el mismo virus responsable de la varicela.

Una de las complicaciones del herpes zóster es la parálisis facial, que se caracteriza por la debilidad o parálisis de los músculos de un lado de la cara debido a la afectación de uno o varios nervios faciales. La fisioterapia puede ser un componente importante en el tratamiento de la parálisis facial causada por el herpes zóster, ya que puede ayudar a reducir los síntomas y mejorar la función facial.

Tratamiento de la parálisis facial

Ejercicios de rehabilitación facial

Los ejercicios de rehabilitación facial son una parte fundamental de la fisioterapia para la parálisis facial causada por el herpes zóster. Estos ejercicios están diseñados para fortalecer y mejorar la coordinación de los músculos faciales afectados, así como para mantener la movilidad de la cara. Los ejercicios pueden incluir movimientos como levantar las cejas, cerrar los ojos con fuerza, sonreír y fruncir el ceño, entre otros, y se realizan con la supervisión y guía de un fisioterapeuta.

Terapia manual

La terapia manual puede ser utilizada  para mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación y aliviar la tensión muscular en la zona afectada. Esto puede incluir técnicas como masajes suaves, estiramientos y movilizaciones articulares en la cara y el cuello.

Educación y asesoramiento

La educación y el asesoramiento del paciente y sus familiares son componentes importantes de la fisioterapia en el tratamiento de la parálisis facial causada por el herpes zóster. Esto puede incluir información sobre el manejo de los síntomas, técnicas de cuidado personal, consejos sobre la alimentación y la hidratación, y pautas para la protección de los ojos y la piel en caso de dificultad para cerrar los párpados.

Neuromodulación percutánea

La neuromodulación percutánea es una técnica de fisioterapia que utiliza agujas de acupuntura y corrientes eléctricas de baja intensidad para estimular los nervios y músculos afectados en la zona facial. Las agujas se insertan en puntos específicos de la piel y se aplican corrientes eléctricas para estimular la función nerviosa y muscular. Este enfoque puede ayudar a reducir la inflamación, mejorar la circulación sanguínea y restaurar la función facial en casos de parálisis facial causada por el herpes zóster. La intensidad y la duración de la estimulación serán ajustadas según la tolerancia del paciente y las necesidades de tratamiento.

El pronóstico de una parálisis facial después de un tratamiento de fisioterapia puede variar según la causa subyacente de la parálisis facial, la gravedad de la misma, la respuesta individual del paciente al tratamiento y otros factores específicos de cada caso. Sin embargo, en general, la mayoría de las parálisis faciales tienen un buen pronóstico en términos de recuperación funcional y estética con el tratamiento adecuado, incluyendo la fisioterapia