por Alameda 16 | Jul 13, 2022 | Fisioterapia, Sin categoría
¿Qué es el Drenaje Linfático Manual?
El drenaje linfático manual (DLM) consiste en una serie de técnicas manuales específicas. Estas técnicas no tienen nada que ver con lo comúnmente conocido como masaje convencional. La mayor diferencia entre ambos tipos terapias es la fuerza ejercida por el fisioterapeuta. Siempre sorprende al paciente, que desconoce las técnicas, la suavidad de éstas. Muchos pacientes las consideran como caricias más que como un tipo de tratamiento manual.
La finalidad de este tipo de tratamiento fisioterápico, es ayudar al cuerpo a un correcto funcionamiento del sistema linfático (activándolo). Ayuda a la absorción del exceso de líquido y a eliminación los deshechos que provienen del metabolismo celular. Actuando al mismo tiempo sobre el sistema inmunitario del paciente.
Como características específicas del DLM podemos resaltar:
- El ritmo es lento y pausado, alternando fases de presión y relajación.
- La presión es suave. Siempre se adaptará al tipo de “inflamación-dureza” presente el paciente. Las manos del fisioterapeuta se adaptarán a la forma de la zona a tratar, una presión fuerte podría colapsar el sistema linfático.
- La dirección es en sentido ascendente (de abajo arriba) pero siempre se comienza lo más proximal a la articulación. Nunca se comenzará por la parte más lejana de la extremidad o zona del cuerpo.
- Como referencia, se tiene en cuenta, la distribución y la localización de los vasos y los ganglios linfáticos presentes en el organismo.
- La técnica se realiza libre de cremas y aceites. El contacto es piel con piel, sin friccionar ni resbalar sobre la piel, es como un tipo de “arrastre”.

Cada tipo de drenaje (según sus creadores) tiene unas pautas a seguir. Un número de repeticiones y un nombre específico para cada maniobra que realizan las manos sobre la zona a tratar.
Lo común en todos, es la importancia de la dirección, presión y el orden a seguir. Se comienza siempre a trabajar sobre los ganglios, e iremos «vaciando» la zona desde el punto más cercano al más lejano (proximal-distal) de la zona afectada.
¿Cuáles son los efectos principales que produce en nuestro organismo?
- Drenante (antiinflamatorio) por su efecto mecánico (presión-descompresión), imitando el ritmo de los propios vasos linfáticos.
- Relajante y sedante, influyendo en el sistema neurovegetativo del cuerpo, por la activación del sistema parasimpático.
- Inmunitario, ya que actuamos sobre el sistema linfático directamente, mejorando su funcionamiento y depurando el organismo.
¿Cuáles son las principales indicaciones?

- Linfedema
- Lipedema
- Hematomas
- Pacientes con retención de líquidos
- Edemas en embarazadas
- Edemas postquirúrgicos
- Edemas postraumáticos
- Celulitis
- Fibromialgia
- Piernas cansadas
¿Cuáles son las contraindicaciones?
Contraindicaciones absolutas:
- Procesos oncológicos activos
- Infecciones agudas
- Edemas linfodinámicos (bajo índice de proteínas en sangre)
- Flebitis o trombosis agudas
- Edema por insuficiencia cardiaca descompensada
Contraindicaciones relativas:
- Hipotensión arterial
- Inflamaciones agudas (gota, cólico nefrítico, reuma, etc.)
- Enfermedades del tiroides
- Edemas por insuficiencia cardíaca congestiva
- Enfermedades autoinmunes y alérgicas (lupus eritematoso, artritis reumatoide)
- Asma bronquial
- Post-tromboflebitis y post-trombosis
Consejos para los pacientes que padecen alguna de estas patologías.
El DLM aislado no tiene un beneficio tan potente como podría tenerlo acompañado y reforzado por determinadas pautas, siendo así su efecto más duradero. Estas pautas dependerán de cada paciente y cada patología.
- Tener una rutina de ejercicio diario, caminar, nadar, bailar,realizar gimnasia de mantenimiento.
- El uso de medias o mangas de compresión o vendaje compresivo.
- Presoterapia.
- Tener una alimentación equilibrada, evitando exceso de sal y productos ricos en grasa y procesados.
- Una buena hidratación de la piel.
- Adecuada ingesta de agua diaria.
- Evitar la ropa ajustada o complementos que opriman la zona afectada (cinturones, relojes, anillos).
- Evitar las fuentes de calor directas sobre las zonas con mala circulación
Si padece algunas de las patologías o afectaciones nombradas anteriormente, susceptibles de ser tratadas con drenaje linfático manual, en nuestro centro de fisioterapia MIVI Alameda 16 estaremos encantados de atenderle y ayudarle.

María Lebrón
Fisioterapeuta
por Alameda 16 | Jun 9, 2022 | Sin categoría
¿CÓMO SE USAN LAS MULETAS?
La importancia del uso de las muletas recae en no dañar la estructura afectada e ir preparando a los tejidos para aguantar mayor carga progresivamente hasta una cargar total.
Pueden ser muchos los motivos por los que el traumatólogo, fisioterapeuta o especialista te aconseje el uso de una o dos muletas. Puede ser tanto por una fractura, fisura, intervención quirúrgica, esguince, etc. La elección entre el uso de uno o dos muletas suele ser la carga permitida que pueda aguantar la zona afectada.
Si necesitas usar una muleta o dos estos consejos te ayudarán.

Lo primero que debemos saber es la altura correcta de las muletas. Para ello colocaremos la muleta al lado de nuestra pierna y el agarre (empuñadura) debe estar a la altura del trocánter mayor (zona más prominente del fémur, coloquial y erróneamente llamado cadera).
SI USAS DOS MULETAS
Hay que seguir las pautas dadas por el especialista respecto a la carga permitida. Solemos hablar en porcentajes, 30%, 50%, 75% del peso corporal de cada paciente. La importancia de estas pautas viene dada por la evolución de la lesión que presente el paciente. Dependiendo del daño, tiempo desde la lesión, calidad de los tejidos, el peso permitido será distinto.
Por normal general el uso de muletas es necesario tras un traumatismo, intervención quirúrgica, tiempo de reposo. Tenemos que tener en cuenta que el tejido dañado, aunque esté reparado por tornillos, placas, unión natural del cuerpo (consolidación) tras una fractura, haya o no inflamación en la zona, haya dolor o no, ese tejido está débil y no está preparado para echarle el 100% del peso corporal, de ahí la importancia de ir echándole peso al miembro afecto de forma progresiva.
Ejemplo que usaremos durante todos los consejos: Afectación del miembro inferior derecho (zueco rosa).
En los casos en los que esté prohibida la carga total en la pierna afecta, el paciente se limita a avanzar con las dos muletas a la vez y adelantar la pierna sana, a la pata coja, (pierna izquierda) a la misma altura que las muletas. En ningún momento se le echará peso al miembro afecto.
Una cosa es echarle carga (peso) al miembro afecto y otra es apoyar el pie en el suelo, no pasa nada si te han pautado no cargar peso y apoyas el pie en el suelo. Puedes poner el pie afecto en el suelo con la carga de tu peso totalmente en el lado contrario, lado sano.
Cuando el especialista pauta una carga parcial de peso aproximada (20%, 50%..) la mecánica del uso de dos muletas, es avanzar con ambas muletas a la vez que el miembro inferior afectado, para así descargar peso y que éste no soporte el 100% de nuestro peso.
Para saber el peso que estamos echando en el miembro afecto y no pasarnos, nosotros trabajamos con una báscula en la que el paciente visualiza los Kg que le está permitido echar. Para tomar consciencia de la cantidad de peso que le puede echar a la pierna mientras camina. Lo repetimos varias veces hasta que el paciente sin mirar la báscula sepa el peso aproximado que le está echando.
Nunca pasaremos de usar las dos muletas a quitarlas al 100% sin haber pasado por una muleta. Hay que ir preparando a los tejidos para la carga total, si pasamos de manera brusca de no echarle peso a echarle el total podemos volver a lesionarnos.
SI USAS UNA MULETA
El error más común que se comete es con la mano que se coge la muleta. Casi todo el mundo coge la muleta con el mismo brazo que la pierna afectada.
Lo correcto es cogerla con el lado contrario al afecto.
Si tienes afectación del miembro inferior derecho, la muleta tenemos que cogerla con la mano izquierda.
La muleta avanza en paralelo con la pierna afecta. Adelantaremos la mano y la pierna dañada a la vez, así repartiremos el peso en ambos lados. (Ejemplo: mano izquierda y pierna derecho) y luego adelantamos la pierna sana (izquierda).
Es importante caminar recto y erguido. Hay que evitar echar el peso del cuerpo hacia el lado de la muleta.
SUBIR Y BAJAR ESCALERAS CON MULETAS
Subir y bajar escaleras es otra de las dudas que presentan los pacientes que usan muletas. ¿Qué pie pongo primero para subir las escaleras? ¿Con qué pie tengo que bajar? Son las preguntas más típicas realizadas por los pacientes que le han indicado el uso de muletas.
Una manera fácil de memorizarlo es:
Suben al cielo los buenos (subes con la buena), bajan al infierno los malos (bajas con la afectada), todo esto acompañado de la/s muleta/s.
Para subir escaleras.
- Una muleta: Subiremos el escalón con la pierna sana (izquierda) y seguidamente subimos muleta (mano izquierda) y pie afecto (derecho).
- Dos muletas: Subiremos el pie sano (izquierdo) en el escalón, dejando el pie afecto (derecho) y ambas muletas en el suelo, escalón inferior. Echaremos peso y haremos empuje con pie sano y subiremos al lado de éste, las dos muletas y el pie afecto (pie derecho).
Para bajar escaleras.
- Una muleta: Bajamos primero la muleta (mano izquierda), luego el pie afecto (derecho) y luego el sano (pie izquierdo).
- Dos muletas: Bajamos las muletas, seguidamente el pie afecto (derecho), repartiendo así el peso del cuerpo entre las muletas y el pie y seguidamente el pie sano (izquierdo).
En nuestras redes sociales podrá ver los vídeos de como llevar a la práctica cada consejo casa consejo. (Instagram, Facebook o LinkedIn).

por Alameda 16 | Jun 2, 2022 | Fisioterapia, Medicina Física y Rehabilitación, Sin categoría
Recomendaciones para aliviar el dolor en la atm
Un dolor en la ATM es debido, entre otras causas, a la compresión que puede ejercer el hueso mandibular (cóndilo) sobre el temporal.

Un ejercicio sencillo para realizar una descompresión del cóndilo sería colocar un bolígrafo en los dientes posteriores de ese lado de la boca (lo que provoca una apertura/desoclusión) y realizar pequeños aprietes, lo que va a provocar relajación y decoaptación de la articulación.
Una cosa que no debemos hacer es la contraria a lo anterior, si colocamos cualquier objeto en los dientes anteriores de la boca vamos a aumentar la compresión del cóndilo sobre el temporal, lo que va a aumentar el dolor en la articulación.
Si tenemos dolor inflamatorio en la articulación, también es recomendable masticar suavemente con los dientes posteriores del mismo lado del dolor, por lo que ya hemos explicado anteriormente.
Ejercicios para aliviar el dolor en la atm
En personas que aprietan los dientes durante la noche (bruxismo) es muy común encontrar sobrecargado el músculo digástrico (en concreto el vientre posterior), ya que es uno de los encargados de realizar el cierre mandibular. Podemos realizar un estiramiento sencillo para aliviar la tensión de dicho músculo:
- A nivel general. Fijamos con nuestras manos el esternón, haciendo una presión sobre dicho hueso mientras realizamos una extensión cervical y una protusión, es decir, miramos ligeramente hacia el techo mientras llevamos la barbilla hacia delante.
- Para focalizar el estiramiento en el vientre posterior, realizamos la misma fijación esternal y realizamos una rotación cervical (miramos hacia derecha/izquierda) mientras llevamos la barbilla hacia delante. Este estiramiento debemos hacerlo hacia ambos lados y de manera suave, ya que puede ser molesto.
El masetero es otro músculo que encontramos muy sobrecargado en personas bruxistas. Dicho músculo es oclusor de la mandíbula (cierra la boca).
- Un ejercicio muy sencillo para relajar el masetero sería fijar su origen en el arco cigomático (el hueso que tenemos a nivel de los pómulos) y desde esa fijación mantenida con nuestros dedos, realizar una apertura de la boca. Generamos así un estiramiento de las fibras musculares.
- Podemos realizar también un masaje profundo, siguiendo las fibras del músculo. Realizamos pequeños pases descendentes desde el origen hasta el final del músculo, tanto con la boca cerrada como con la boca ligeramente abierta. El masaje debe de ser profundo, por lo que es normal que sea molesto.
- Digitopresión de los puntos gatillos de ambos maseteros. Podemos localizar los puntos más activos de dolor en el vientre muscular del masetero y mantener la presión durante 1 minuto, si el dolor va a más, retirar la presión y si va a menos mantenerlo durante algo más de tiempo.
- Y por último, se pueden realizar aperturas contra resistencia para relajar el masetero. Realizamos una ligera apertura de la boca y colocamos la mano debajo de la mandíbula para resistir la apertura. Mantenemos esa fuerza durante unos segundos, activando así la musculatura de apertura de la boca y consiguiendo una relajación de los maseteros.
A ambos laterales de la cabeza, 3 o 4 dedos por encima de las orejas, podemos localizar los músculos temporales. Para confirmar que estamos bien ubicados, podemos apretar los dientes y notaremos una zona más prominente. Sobre dicha zona podemos realizar un amasamiento para lograr la relajación de la musculatura temporal.
Por último, un consejo para los pacientes que presentan esta dolencia es que se observen durante el día, mientras trabajan o estén concentrados en tareas cotidianas. Puede que no te hayas dado cuenta antes y que mientras realices tu trabajo estés manteniendo los dientes apretados, lo que lleva a empeoramiento de dicha patología. Si es así, te aconsejo que coloques la punta de la lengua detrás de los dientes incisivos superiores (paletas) y realices pequeñas aperturas de boca para evitar así mantener la mandíbula apretada.
“Todo lo que comentamos en este artículo está basado en nuestra larga experiencia como profesionales”

Alicia González
Fisioterapeuta
por Alameda 16 | May 27, 2022 | Fisioterapia, Medicina Física y Rehabilitación, Sin categoría
¿Qué es la enfermedad de Sudeck?
La enfermedad de Sudeck, Síndrome Doloroso Regional Complejo (SDRC) o también conocido como Distrofia Simpática Refleja (DRS) es una afectación rara, poco frecuente, multi sintomatológica y crónica de una parte del cuerpo o varias, por normal general de una extremidad. Consiste en la aparición de una patología secundaria a un traumatismo, daño, intervención quirúrgica, reposo duradero u otras causas, en la que el sistema está alterado y a la defensiva.
Es muy importante para el buen pronóstico del Sudeck, un diagnóstico precoz. Un diagnóstico en la fase más temprana podría evitar etapas muy dolorosas, una lenta recuperación y complicaciones secundarias.
Diagnóstico de Sudeck
El diagnóstico se basa en la historia clínica, para saber si el paciente ha sufrido alguna situación desencadenante y en descartar otras patologías.
El diagnóstico diferencial va a depender de la fase evolutiva en la que se encuentre la enfermedad, en cada fase deberíamos descartar distintas patologías.
Las pruebas complementarias que nos pueden ayudar a realizar el diagnóstico son:
- Radiografía, en la que se visualiza la desmineralización ósea. Puede verse como una osteoporosis moteada.
- Gammagrafía, útil en los estadios iniciales para un diagnóstico precoz.
- Resonancia magnética, dependiendo dónde se ubique el Sudeck.
- TAC, ayuda a relacionar un diagnóstico complejo, donde se encuentran distintos niveles afectados (vasomotor, tendinoso, ligamentoso, capsular)
- Termografía, que mide el calor emitido por el cuerpo.
El Sudeck se manifiesta con la presencia de dolor profundo, intenso (ardiente) y disperso en la zona o zonas afectada/s (normalmente extremidades), alteraciones cutáneas (palidez) y sensitivas (alodinia), sudoración anormal, edema, atrofia muscular y ósea.
Los síntomas principales son:

- Dolor intenso, profundo, punzante. Muchos pacientes lo describen como un dolor parecido a cuando se “calan” los dientes.
- Alteraciones cutáneas: alteraciones en la pigmentación de la piel (blanquecina o azulada), en la temperatura, descamación o sequedad de la piel, palidez o fibrosis, brillo en la piel, crecimiento de vello en la zona, crecimiento más rápido de las uñas.
- Inflamación localizada en la zona de dolor.
- Afecciones motrices, dificultad para el movimiento de la zona afectada provocada por el mismo dolor. Como consecuencia de la limitación del movimiento, la musculatura se atrofia.
- Alteraciones óseas, osteoporosis.
- Problemas farmacológicos (dependencia) por alteraciones psicológicas y emocionales, como consecuencia del dolor y la limitación de la movilidad.
No se sabe por qué el Sistema Nervioso Simpático se encuentra en “modo activo” continuamente, originando una respuesta inflamatoria que perpetúa la sintomatología de la enfermedad de Sudeck.
Factores de riesgo de la enferdad de Sudeck
- Enfermedades cardiovasculares.
- Lesiones neurológicas (centrales y periféricas)
- Trastornos idiopáticos.
- Infecciones
Tratamientos para la enferdad de Sudeck
En nuestra clínica MIVI Alameda16, la mayoría de los SUDECK que hemos tratado han sido diagnosticados tras un tiempo prolongado de inmovilización indistintamente del motivo de ésta (fractura, intervención quirúrgica, traumatismos).
El tratamiento debería ser lo más precoz posible (para evitar la cronicidad), multidisciplinar (fisioterápico, psicológico, farmacológico, ortopédico) e individualizado.
Tratamiento farmacológico para paliar los síntomas, sobre todo analgésicos. En casos más agudos o intensos respecto al dolor se pueden practicar bloqueos nerviosos.

El tratamiento fisioterápico del Sudeck está orientado en tratar los síntomas y reeducar al paciente para que use su extremidad afectada y recupere movilidad, fuerza y funcionalidad. Es muy importante la implicación por parte del paciente en la rehabilitación. Será un tratamiento “suave”, no queremos provocar un aumento del dolor ni una reacción de defensa del cuerpo.
Las técnicas fisioterapéuticas empleadas son:
- Cinesiterapia: movilizar la extremidad afectada, mejorando el rango articular y con ello la funcionalidad.
- Trabajo de la sensibilidad, en el caso de que esté alterada trabajaremos con distintas texturas, cepillos, espejo, pluma, etc.
- Drenaje linfático manual con el objetivo de disminuir el edema.
- Electroterapia analgésica para disminuir el dolor.
- Ejercicios propioceptivos para una mejor percepción y consciencia de la zona afectada por parte del paciente.
- Magnetoterapia por su acción antiinflamatoria y vasodilatadora.
- Baños de contraste pueden ser beneficiosos dependiendo de la alteración que presente respecto la temperatura el paciente, siempre teniendo en cuenta un posible efecto “rebote” o cambio brusco en la sintomatología térmica del paciente.
El ejercicio físico suave y sin dolor ayuda a la mejora física y psicológica del paciente. El ejercicio realizado en el medio acuático es muy beneficioso.
Como terapia ortopédica y complementaria se aconseja el uso de medias compresivas aptas para esta patología.
El tratamiento psicológico en muchos casos es aconsejable, sobre todo en estadios avanzados, ya que el paciente sufre un dolor intenso, que suele tardar en ser diagnosticado e incapacita su vida diaria. Se suelen enseñar técnicas del manejo del dolor para afrontar la patología.
Algunos suplementos como el calcio, complejos de vitamina B, magnesio, triptófano y melatonina ayudan a tratar tanto el hueso, regular el dolor y estimular el sistema parasimpático. Siempre supervisado por tu médico.

María Lebrón
Fisioterapeuta
por Alameda 16 | Dic 3, 2021 | Fisioterapia, Sin categoría
¿Qué es la ATM?
La ATM es una articulación más de nuestro cuerpo que se encuentra ubicada en la parte lateral de la cara, delante del oído. Las siglas corresponden con Articulación Temporo-Mandibular (unión entre hueso temporal y hueso mandíbular o maxilar inferior). Es una articulación bastante compleja por su particular anatomía, tiene poca congruencia entre las partes articulares por lo que existe un disco intraarticular, cuyo objetivo es dar estabilidad a la articulación.
Tenemos dos articulaciones, una en cada parte de la cara (lado derecho y lado izquierdo). Cada una tiene su propio hueso temporal, sin embargo el hueso mandibular es compartido, siendo un hueso único que forma parte de las dos articulaciones. Ambas articulaciones deben funcionar a la vez para que haya un buen funcionamiento, por lo que si en alguna hay una alteración, la otra articulación se verá afectada.
Cuando alguna parte de la articulación está afectada (hueso, disco, músculo, ligamento, cápsula…), conlleva a un mal funcionamiento de ésta. Afectación conocida como disfunción temporomandibular o disfunción de la ATM.
Es difícil determinar qué es lo que está causando el daño, dolor o la disfunción. Suelen ser varios motivos los que provocan la patología. Puede ser alteración del tono de la musculatura la que afecte la función de la ATM, alteración en alguna estructura de la articulación (ligamento, estructura ósea, cápsula articular, disco intraarticular) o alteración de la oclusión dental (por la falta de alguna pieza dentaria, mala alineación de los dientes, muela del juicio…)
En muchas ocasiones, por no decir en la mayoría, las personas que padecen de migrañas, jaquecas, dolores de cabeza puntuales, dolor de oído, frente, ojo…tienen alguna afectación en ésta articulación o su musculatura. Suelen ser personas que, muchas de ellas sin darse cuenta, aprietan la mandíbula o rechinan los dientes bien durante la noche durmiendo y/o durante el día mientras están concentradas en alguna actividad.
Las funciones de la ATM son:
- Masticación
- Deglución
- Comunicación/ fonación
- Bostezo
- Expresiones faciales
Las posibles causas que pueden alterar esta articulación son:
- Existencia de una maloclusión (defecto en la alineación de los dientes, mal encaje entre los dientes superiores e inferiores, falta o exceso de piezas dentarias)
- Bruxismo (apretar o rechinar los dientes)
- Tratamientos quirúrgicos o no, realizados por el dentista o el maxilofacial. Por la duración de la intervenciones y la postura mantenida de la boca.
- Movimientos repetitivos o viciosos, como masticar mucho chicle, morderse las uñas, masticar sólo por una parte de la boca.
- Traumatismo directo sobre la articulación o en la cara.
- Estrés.
- Tensión emocional.
- Contractura muscular, tanto de la parte posterior del cuello, anterior, suelo de la boca, musculatura de la cara.
- Tener una mala postura. Por ejemplo, mantener la cabeza hacia adelante todo el día mientras se está mirando una pantalla tensiona los músculos de la cara y el cuello/base del cráneo.
- Malos hábitos como una mala alimentación o un descanso insuficiente, podrían aumentar y/o perpetuar la sintomatología.
Posibles síntomas
- Dolor y/o dificultad para abrir la boca o disminución de la apertura.
- Chasquidos o ruidos articulares al abrir la boca.
- Dolor o sensación de cansancio en la zona al comer.
- Desgaste de dientes.
- Tensión muscular en la zona lateral de la cara y cuello.
- Dolor de cabeza
- Dolor en alguna zona de la cara, boca, frente, sienes, oído.
- Ruidos internos (acúfenos o tinnitus), sensación de taponamiento en oídos.
- Despertar con la mandíbula dolorida.
Diagnóstico
El diagnóstico de la disfunción en la ATM en nuestro centro lo hacemos mediante una valoración inicial en la que realizamos:
- Una anamnesis en la que el paciente nos cuenta la historia de su problema en la zona, sus síntomas, hábitos, antecedentes médicos y físicos…
- Una exploración física general para ver las posibles alteraciones/adaptaciones posturales.
- Una exploración analítica de la ATM, en la que hacemos test de apertura y cierre de la articulación, mediciones de la apertura, test de desviación lateral, valoramos el equilibrio muscular de todos los músculos implicados en la ATM…
Tratamientos
Diversos especialistas como dentistas, maxilofaciales y fisioterapeutas podemos trabajar coordinados debido a que es una articulación que está ubicada en la boca y su salud nos concierne a todos.
Son muchos los pacientes, que vienen a nuestra consulta tras acudir a su otorrino con sintomatología como ruidos, presión, sensación de taponamiento en los oídos y éste aconsejarle fisioterapia. También muchas otras veces vienen derivados de dentistas/maxilofaciales después de que el paciente acuda a ellos por dolor dental o en la articulación.
En algunas ocasiones es necesario pasar por distintos especialistas para ir descartando posibles causas y/o patologías. Incluso, a veces, trabajamos en paralelo, como ocurre cuando es necesario el uso de férulas de descarga, siendo tratamientos complementarios.
El tratamiento de fisioterapia se centra principalmente en normalizar la musculatura que esté afectada, darle movilidad a las articulaciones y hacer partícipe al paciente de su recuperación. Informándole de lo necesario e importante que es para el buen resultado de su tratamiento tener una buena conciencia y hábitos saludables sobre sus “ATMs” (con consejos sobre su postura, vicios o costumbres).
Los músculos que normalmente tratamos son:
- Temporal.
- Masetero.
- Pterigoideos (externo e interno).
- Suelo de la boca (digástrico, miloideo, estiloideo, hipogloso).
- Esternocleidomastoideo.
- Suboccipitales.
- Treapecios.
- Angular de la escápula.
Esta musculatura la tratamos tanto manualmente, con técnicas de fisioterapia tradicional (compresión isquémica, amasamiento, estiramientos, técnicas de músculo energía), como con técnicas invasivas (punción seca, neuromodulación, EPI).
Técnicas articulatorias y técnicas de Osteopatía
Usamos técnicas de corrección de disfunciones como cóndilo anterior o cóndilo posterior/ Recaptación de menisco / Técnicas de musculo-energía / Técnicas miofasciales de la cadena posterior, anterior, lateral de cara y cuello.
Resumen
En nuestro día a día, nos encontramos con muchos pacientes que desconocen tanto la importancia de esta articulación como la relación que tiene con el cuello, dolores de cabeza, jaquecas, migraña.
Son muchos los pacientes que vienen para tratamiento de alguna patología cervical, y finalmente acabamos tratando la ATM porque es el origen de su dolor. En nuestra clínica hacemos mucho hincapié en los hábitos posturales de su mandíbula, boca y cuello. Gran parte del resultado de la resolución la tiene el propio paciente.
Si usted tiene algunos de estos síntomas o dolencias, no dude en acudir a nuestro centro MIVI Alameda16 para ponerle solución a su patología. Estaremos encantados de ayudarle.

por Alameda 16 | Dic 1, 2021 | Sin categoría
¿Fractura o Fisura Ósea?
Cuando sufrimos un traumatismo y como consecuencia del mismo un daño a nivel óseo podemos encontrarnos con el diagnóstico de fisura o fractura. También podemos encontrarlas tras esfuerzos repetitivos, como las fracturas por estrés. En ocasiones son términos que pueden generar confusión dado que los síntomas pueden ser muy similares a la exploración y son necesarias pruebas complementarias para un diagnóstico definitivo.
A lo largo de este artículo intentaremos aclarar las características propias de cada lesión así como las posibles diferencias a la hora de abordarlos terapéuticamente desde la fisioterapia.
¿Cómo es el hueso?
El hueso está compuesto por minerales como carbonato o fosfato de calcio y agua, proteínas y colágeno. Todos estos elementos se combinan de modo que le aportan las características de firmeza y resistencia siendo a la vez elástico. Por otra parte podemos distinguir entre la cortical (parte más externa del hueso, la más sólida y en la que los elementos anteriormente mencionado se disponen en forma laminar) y el hueso trabecular o esponjoso (se encuentra en el interior del mismo y recibe su nombre por la disposición en forma de celdas que adopta el tejido).
Al ser un tejido vivo el hueso está compuesto por diversas células óseas encargadas de su continua función de regeneración y remodelación: estas son las células osteógenas, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos. El correcto equilibrio en proporción de estos elementos celulares así como su correcta función determina la buena calidad del tejido óseo.
¿Cómo saber si sufro una fractura o fisura ósea?
Suele ser necesario practicar una prueba complementaria de imagen para cuantificar el alcance de la lesión ósea. La radiografía suele ser la de primera elección, sin embargo en ocasiones se suelen solicitar otras para mayor estudio de la lesión ósea como la RMN o TAC.
La diferencia principal entre una fisura ósea y una fractura es que en la fisura no se produce una pérdida total de la continuidad del hueso y por ello no son inestables, no hay peligro de que el hueso se desplace como ocurre en una fractura. Podríamos decir que la fisura es una especie de “grieta” en el hueso, sin embargo aun siendo de menor gravedad que la fractura también requiere un tratamiento específico y como hemos comentado antes puede dar lugar a una serie de síntomas que pueden ser comunes en ambas patologías.
Estos síntomas pueden ser:
- Entumecimiento u hormigueo.
- Dolor intenso.
- Impotencia funcional del segmento corporal.
- Hinchazón o hematoma.
Dentro de la categoría de las fracturas podríamos distinguir a grandes rasgos las fracturas desplazadas (que en ocasiones requieren de una reducción de la misma ya sea manual o quirúrgica) como las no desplazadas. Ambas conllevan un posterior periodo de inmovilización que varía en función del grado y tipo de fractura, el hueso que sufre la lesión e incluso las características propias del tejido óseo de cada paciente (determinado por factores como estilo de vida sedentario, edad, tabaquismo, alimentación, etc).
Una vez terminado este periodo comenzaría el tratamiento de fisioterapia (pudiendo comenzar incluso antes con la inclusión por ejemplo de la Magnetoterapia, agente físico que ayuda a acelerar y mejorar la consolidación ósea).
Tratamientos
En la fisura la actuación de la fisioterapia es más temprana ya que se ha demostrado que la inmovilización total no hace sino empeorar la patología ya que genera disminución de rango articular en fracturas cercanas a estas, rigidez y retracción muscular así como pérdida de tono, retracción tendinosa y disminución de flujo sanguíneo en la zona. Por ello es importante la movilización temprana del segmento de forma progresiva (y de carga en fisuras de mmii).
Salvo en el caso de la magnetoterapia, como hemos citado anteriormente, la única diferencia en cuanto al tratamiento de fisioterapia entre fractura y fisura sería la fecha de inicio del mismo o las precauciones a tomar.
Desde la fisioterapia convencional tenemos muchas herramientas terapéuticas para abordar los síntomas asociados a las dos patologías (inflamación, dolor, incapacidad funcional, etc):
- Láser.
- Ultrasonidos
- Magnetoterapia
- Electroanalgesia
- Terapia manual y movilizaciones
Gracias al avance de la tecnología contamos con herramientas de fisioterapia avanzada cuyas técnicas nos permiten disminuir los tiempos de recuperación a la vez que mejoramos sensiblemente la calidad de vida a lo largo del proceso ya sea por una fractura o fisura ósea
- INDIBA: mediante radiofrecuencia podemos ayudar a la reabsorción de edemas, mejorar el rango de movimiento articular y en consecuencia mejorar dolor.
- NMP (Neuromodulación percutánea): a través de ecografía localizamos los nervios encargados de las aferencias sensitivas y motoras de la región donde se encuentre la fractura y regiones anexas y a través de una aguja podemos aplicar una corriente de baja frecuencia para disminuir dolor y mejorar el rendimiento musculoesquelético.
- EPI o MicroEPI: Para el tratamiento de partes blandas que hayan podido ser causados por la inmovilización, cirugía o el propio mecanismo lesional.
Como última etapa en el proceso de recuperación del paciente, tanto en la fisura como en la fractura, resulta importante realizar una correcta readaptación física. Tanto por la lesión en sí misma como debido a la inmovilización del segmento se generan una serie de disfunciones o compensaciones que resultan importantes corregir por medio del ejercicio terapéutico. Por ello un profesional formado específicamente para este cometido podrá valorar las posibles deficiencias de los segmentos corporales anexos al foco de fractura por medio de la EMG de superficie y de este modo indicar ejercicios de forma individualizada y a adaptada a la situación personal del paciente.

Juan Sebastián Luque
Fisioterapeuta